jueves, 14 de diciembre de 2006

Parrillada coral

Este domingo nos esperan en Ezeiza para que los sometamos a quince minutos de música navideña y otros "dulces embelesos". Piensen que habrá mucha gente escuchándonos o, por lo menos, si la acústica no es buena, mirándonos. Lleven plato, vaso, cuchillo y tenedor, no olviden el protector solar, la malla y la carpeta del coro. Estamos citados a las 11 en punto allí, así que traten de calcular como para llegar en horario (no 11.30). Queda feo llevar un tupperware para "rejuntar" lo que sobre de la parrilla, así que no lo hagan. Será una fecha memorable, y más aún si llueve. Recuerden que no se suspende por lluvia, granizo o nieve.
La ropa puede ser toda negra o blanco arriba y negro abajo. Personalmente prefiero todo de negro, ya que el blanco es más factible que se manche con el chimichurri que el negro. Traten de no pasarse con el vino, las autoridades de la UAI no verán con buenos ojos que se arrojen desnudos a la pileta o que caigan en un coma alcohólico. Aquellos que anden con unos kilitos de más (debe ser algo terrible) procuren entrarle con más entusiasmo a la ensalada mixta que al chinchulín y la molleja, si es que los hubiera.
Como verán, es un concierto para el que me estoy preparando concienzudamente. Lo único que me preocupa es esto: ¿habrá flan mixto de postre o nos conformarán con una triste bocha de helado? En todo caso, como buen director, llevaré mi diapasón y mi uvasal. ¡Buen provecho!

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